Herencia, en el corazón de La Mancha, es un pueblo que combina historia, cultura y tradición. Sus calles, con casas solariegas de los siglos XVII al XIX, invitan a pasear y descubrir su patrimonio. Destacan la Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción, con su torre de casi 60 metros coronada por una escultura del Corazón de Jesús, y el Convento de Nuestra Señora de la Merced. El Pasadizo de la Merced, que conecta el convento con la Casa de Herencia, es otro de los rincones emblemáticos del municipio.

La vida en Herencia se vive con intensidad en sus fiestas y tradiciones. El Carnaval de Herencia, declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional, transforma el pueblo en un estallido de color y alegría, reflejando la creatividad y el espíritu festivo de sus vecinos. Además, cada barrio celebra sus propias fiestas en honor a sus ermitas, como la de San Bartolomé, la de San Cristóbal, la de la Encarnación o la del Cristo de la Misericordia, entre otras. Estas festividades, organizadas por las asociaciones de vecinos y hermandades, llenan de vida y tradición las calles de Herencia, ofreciendo al visitante una experiencia auténtica y cercana.

Para los amantes de la gastronomía, el Centro de Interpretación del Queso “Quhesalia” ofrece una inmersión en la tradición quesera manchega, con exposiciones y degustaciones que destacan la importancia del queso en la cultura local. La Plaza de España, recientemente remodelada, es el corazón del municipio, un lugar de encuentro donde se celebran eventos y se disfruta del ambiente local. Desde aquí, se pueden iniciar rutas hacia los emblemáticos molinos de viento, que evocan la esencia cervantina de la región.